miércoles, 26 de marzo de 2008

Cartílago de un ex bailarín
Costras inimaginables tatuadas en la quietud o sobriedad.

Mi caancha es quizá demasiado horizontal, veo la huida ya muy retrasada.
La herida adormecida por luces gelatinosas, las que a su vez alumbran el camino a flexibles dientes, lenguas amarillas que esculpen seres vestidos por astillas rojas y negras.
Alientos humeantes, jadeantes melodías de un atardecer frustrado. Pupilas derramadas…se comportan como vidrios elásticos y atosigan el día y la noche convirtiéndolas en dolientes paisajes cuadriculados. Casi nada ya hace daño, mejor nunca rebotar solo.

3 comentarios:

Valentina Contino dijo...

Y si todo lo que sale de tus puntas hecha raíces... en las pupilas, en un perro incidental, en todos los borrachos incidentales... porque tenés lo que sacia la sed, tus ojos se sintonizan inmediatamente y ves lo hermoso. Y vemos que lo ves. Y perdemos los huesos.

Valentina Contino dijo...

y sos amigo de tooooodos los borrachos, jaja

AMARILLO dijo...

nunca es malo rebotar solo...el video es tratar de no hacerlo por siempre...saludos gran amigo